domingo, 22 de junio de 2014

De nuevo en Ojos Albos

Ayer, 21 de junio, volví al paseo que hay junto al río Voltoya a su paso por la Sierra de Ojos Albos. En las próximas tres semanas es muy probable que no publique nada, pues estaré en Irlanda y no tendré tiempo para el blog.

Nada más llegar, fuimos recibidos por los aláudidos. Nunca antes había visto tantas aves de este tipo por el lugar. Cogujadas, terreras y alondras comunes salían volando a medida que avanzábamos por el camino. Incluso vi una cogujada montesina, especie nueva para mi. Seguimos caminando por la cuesta del principio y no tardaron en aparecer alcaudones comunes y trigueros.

Continuamos andando y, ya arriba, apareció un macho de roquero rojo. Los aviones roqueros eran, como siempre, habituales y en medio del sendero apareció una perdiz roja. Volando por los cielos y posados sobre las rocas de las montañas del fondo, había buitres leonados y negros. Durante esta visita, no vi tantos ejemplares de escribano hortelano como en la anterior, pero los mirlos eran más abundantes que nunca.

Proseguimos nuestra marcha y llegamos más lejos que nunca, a una zona en la que las cárcavas van desapareciendo y en su lugar abundan los arbustos y matorrales. En esta zona, abundaban paseriformes como el zarcero políglota (antes llamado común) y el pinzón vulgar. Tampoco faltaron los colirrojos tizones, los verdecillos y aláudidos como la cogujada común y la alondra totovía. En las pocas rocas que sobresalían de la tierra había roqueros rojos (localicé dos machos por esta zona) y escribanos hortelanos. Llegamos hasta donde el sendero y el río Voltoya se juntan, y como se hacía de noche, nos apresuramos en volver. Durante la vuelta, la zona de matorrales y arbustos se animó, pues además de las aves ya mencionadas, también vimos tarabillas comunes y dos currucas: una carrasqueña y otra mirlona.

El resto del trayecto, estuvo carente de aves que no hubiéramos visto antes, a excepción de un bisbita campestre. También fue destacable la observación de otra curruca mirlona y de un corzo. En las proximidades de nuestro coche, volvimos a ver terreras, cogujadas y alondras comunes. 


Cortados del Voltoya
P.D.: El 5 de agosto de 2014, tres alcaudones reales meridionales adultos además de unos posibles juveniles de esta especie al atardecer en la cuesta inicial de la ruta.

jueves, 19 de junio de 2014

Paseando junto al Adaja

Hoy, jueves 19 de junio, un amigo mío y yo, nos fuimos a dar un paseo junto al río Adaja para celebrar el fin del curso. Nuestro objetivo era llegar hasta la localidad de El Fresno y, posteriormente, al despoblado de El Merino, cerca de la localidad anterior.
Inciamos nuestra marcha a las 08:45 aproximadamente, caminando hacia el Sur, junto al Adaja. En seguida llegamos a El Soto, donde pudimos disfrutar de una caminata mañanera.

Hasta entonces, apenas habíamos visto algunos ruiseñores y verdecillos, pero cuando salimos de El Soto, la cosa cambió. A nuestra izquierda, eriales y cultivos, y a nuestra derecha, el río Adaja. Era pronto, el Sol aún no calentaba mucho y hacía una brisa muy agradable, y las aves lo aprovechaban. Los campos estaban llenos de lavanderas boyeras y trigueros, y los cielos, patrullados por milanos negros, águilas calzadas y cernícalos vulgares. De repente, vi posado sobre una verja un ave gris. Miré con los prismáticos y resultó ser un cuco común. Es un ave muy común por estas fechas pero nunca lo había visto desde tan cerca. Se le veía perfectamente. Después levantamos a otro adulto con una oruga en el pico, después a un juvenil y después a otro adulto. Me sorprendió ver tantos juntos y tan cerca del camino.

Paramos un momento en una "playita" que había en el río, donde vimos cogujadas comunes y lavanderas boyeras abrevando. Seguimos, y al poco rato ya nos encontramos con las primeras fincas y granjas de El Fresno. Por este tramo del camino abundaban las collalbas grises. Es extraño, pero antes de llegar al tramo humanizado no apareció ninguna collalba, sin embargo aquí pudimos ver todas las que quisimos. Llegamos a el pueblo, y nos sentamos a la sombra de unos árboles junto al río. Se estaba tan a gusto, que nos quedamos ahí más de una hora. No nos faltó entretenimiento (al menos a mí). Desde allí podíamos ver las acrobacias de los aviones zapadores, muy comunes en este tramo del río, y que tenían sus nidos (que en realidad son agujeros) en los taludes de la orilla opuesta. Lavanderas blancas y boyeras, cogujadas comunes, urracas, jilgueros, pardillos y gorriones chillones bebían de las aguas del Adaja. Éstos últimos, criaban junto a los aviones zapadores y eran también muy abundantes. A los paseriformes ya mencionados, se les unió un chorlitejo chico, que en seguida se fue volando. Aguas arriba, se podían ver a cigüeñas blancas, garcillas bueyeras y garcetas comunes pescando.

Sentado en aquel lugar, me llevé una gran alegría al ver a un abejaruco europeo que entraba y salía de su agujero, separado de la colonia de aviones zapadores y gorriones chillones. En años anteriores, los abejarucos eran abundantísimos en este lugar, se podían contar decenas de parejas reproductoras, pero este año, apenas se habían visto abejarucos por El Fresno, y parecía que ya no se reproducían por el lugar. Por ello, me hizo mucha ilusión ver que por lo menos criaba una pareja. También eran comunes las abubillas, que a diferencia de sus primos los abejarucos, seguían siendo tan abundantes como siempre.

Taludes donde crían aviones zapadores, gorriones chillones
y al menos una pareja de abejarucos

Continuamos andando. El río estaba lleno de garcillas y garcetas, a las que de vez en cuando se les sumaban garzas reales y cigüeñas blancas. Llegamos a El Merino, un pueblo abandonado donde pocas casas se mantenían en pie, pues estaban casi todas derruidas. Allí parecía que lo único que había eran gorriones comunes, pues en cada una de las casas había varias parejas. Teníamos hambre, y aunque sólo eran las 12:00 del mediodía, decidimos buscar un sitio para comer. Mientras lo buscábamos, levantamos a un mochuelo común, que no se que andaba haciendo por ahí al mediodía, pues supuestamente es un ave nocturna. Finalmente nos sentamos sobre un pequeño muro y empezamos a comernos nuestros bocadillos. Desde ahí, pudimos ver una oropéndola y varias abubillas pasar volando. Tras descansar una hora, me dí una vuelta por el despoblado y volví a levantar al mochuelo y me pareció ver un gorrión chillón. 


Despoblado de El Merino

Iniciamos el camino de vuelta. Ya en El Fresno, me llevé una sorpresa aún mayor que la del abejaruco, pues en unos taludes que hay en frente de la piscina municipal, vi al menos dos agujeros ocupados por abejaruco europeo, también alejados de los aviones y gorriones. Y, encima de ellos, había otros cinco abejarucos posados en los cables eléctricos. ¡Los abejarucos siguen criando en El Fresno! No me explico por qué han tardado tanto en aparecer, pues otros años ya están en abril. También es curioso que las pocas parejas que he visto no críen junto con los aviones zapadores y gorriones chillones, cuando otros años crían en juntos en las mismas colonias.

Tras una breve pausa bajo los mismos árboles que esta mañana, seguimos andando. Hacía un Sol de justicia y un calor insoportable, por lo que volvimos a parar en la "playita", donde vimos una terrera común bebiendo agua del río. A partir de allí, y hasta llegar a Ávila, no vimos ningún otro pájaro destacable o que no hubiésemos visto antes, sin contar con un par de mosquiteros papialbos que vimos por El Soto.

Llegamos sobre las 16:00 a nuestras respecitvas casas exhaustos, pero no por el trayecto (que era muy largo), sino por el agobiante calor. Pero a pesar del calor, fue un día muy agradable, sin duda, el mejor del curso.

Río Adaja a la altura de El Merino
Algunas aves observadas durante la salida: de izquierda a derecha;
chorlitejo chico, cuco común, abubilla, oropéndola,terrera común,
águila calzada, abejaruco europeo, collalba gris, avión zapador.


martes, 17 de junio de 2014

Un paseo a Sonsoles.

Puesto que el curso está tocando a su fin y las aulas están prácticamente vacías, sin materia que avanzar, me "escapé" de clase y me fui con un amigo mío andando hasta el Santuario de Sonsoles, no sin antes pasar mi casa para coger mis prismáticos...

El camino empieza siguiento el cauce del, ahora seco, río Chico. Por allí pudimos ver, las aves típicas del lugar, lavanderas blancas, jilgueros, cernícalos vulgares, verdecillos y un macho de curruca capirotada. 
Continuamos andando hasta llegar a cultivos y eriales que preceden a la empinada cuesta que hay que subir antes de llegar al Santuario. Durante este tramo, nos acompañaron cigüeñas blancas, cogujadas comunes, collalbas grises y algunas terreras comunes. 


Cultivos y eriales, con Ávila al fondo
Una vez en la ya mencionada cuesta, los pardillos y las tarabillas comunes relevaron a los aláudidos y a las collalbas. Las tarabillas, no paraban de ir y venir de los arbustos circundantes. Se posaban, se iban, volvían a posarse con un insecto en la boca, y se volvían a ir. Llegamos al Santuario, desde el que se veía toda Ávila, así como a los milanos negros y buitres leonados que la vigilaban desde los cielos. 


En los jardines del Santuario, gorriones comunes, pardillos, verdecillos, verderones, jilgueros y demás paseriformes revoloteaban buscando sustento que llevarse a la boca. Estábamos sentados en un banco cuando, de repente, vi un ave de tamaño medio atravesando los pocos árboles que hay por allí. ¡Una oropéndola! Fui en su busca, pero antes de que yo pudiera localizarla entre las copas de los árboles, salía volando para esconderse entre la espesura. Estuve un buen rato viéndola como pasaba sobre mi cabeza para después volver a perderla, hasta que se posó en la rama de un pino. No se estuvo mucho rato quieta, pero yo tuve tiempo de sobra para deleitarme viéndola desde tan cerca y posada, pues la había visto anteriormente, pero siempre en vuelo. 

Santuario de Sonsoles
Tras descansar un rato, iniciamos el camino de vuelta. Vimos prácticamente lo mismo: en la cuesta, los mismos pardillos y tarabillas, en los campos, las mismas collalbas y aláudidos, etc. Sin embargo, en uno de los matorrales de la cuesta, junto a una tarabilla común, vi una curruca zarcera macho (que si la había visto anteriormente, no lo recuerdo, pues hasta hace poco no me fijaba en los paseriformes...) Cerca de los cultivos y eriales, en un matojo, vi un sílvido que no supe identificar, pero que supongo que sería un zarcero. Por lo demás, no hubo ninguna novedad respecto a aves.

Fue un camino muy agradable, quizás porque la compañía (tanto humana como ornítica) era buena. Mereció la pena.

lunes, 16 de junio de 2014

Más aves para la lista...

El pasado sábado 14 de junio, volví al pequeño "cañón" que el río Voltoya erosionó en tiempos pretéritos en la Sierra de Ojos Albos, cerca de Urraca-Miguel.

Pues bien, nada más bajarme del coche, observé una especie que, aunque es muy abundante en nuestras ciudades y pueblos, era la primera vez que la veía por esa zona: la golondrina común. Mientras andábamos, empezaron a apercer los abundantísimos alcaudones comunes cogujadas comunes, además de otra especie, también nueva, pero muy "vulgar", el avión común.

No empezamos a ver aves interesantes hasta subida la cuesta inicial, cuando apareció un buitre negro (fáciles de ver por esta zona) junto con otra rapaz menor que no pude identificar. Más adelante, hicieron acto de presencia algunos escribanos hortelanos, especie nueva cuya presencia nos acompañaría durante el resto del trayecto. Sobre una roca, vi una silueta, la "apunté" con los prismáticos y resultó ser un roquero rojo macho, en compañía de un escribano montesino también macho. Roqueros y escribanos son, en mi opinión, algunas de las aves más bellas de la montaña, y nunca me cansaré de verlos. Más tarde, una tarabilla común macho, se unió al roquero. Sobre el río, vi volar una abubilla. 

Continuamos caminando en compañía de los ya mencionados escribanos hortelanos pardillos, otra especie muy abundante. Al final, llegamos a una zona en la que las paredes rocosas del cañón se acercaban y se podía ver relativamente cerca la pared opuesta. Había varios aviones roqueros, que no paraban de revolotear alrededor de la cárcava, cazando insectos para después llevárselos a los nidos donde sus crías los esperarían impacientes. Sobre una atalaya, había posado un roquero solitario hembra, otra especie nueva para mi lista de aves del lugar. Más tarde, detecté a un macho de esta misma especie en las cercanías de la cárcava. También vi a una pareja de chovas piquirrojas, a las que enseguida perdí de vista. Como curiosidad, había un gran nido (posiblemente abandonado) de cigüeña negra o rapaz sobre un saliente de la pared rocosa.

Cárcavas

El sol se estaba escondiendo, por lo que pusimos rumbo hacia el coche. Por el camino, vi tres aves que no sólo eran nuevas para la lista, sino también para mi, pues nunca antes las había visto. Una de ellas fue la bisbita campestre. Aunque yo no soy muy de bisbitas, me hizo especial ilusión verla, quizá porque de frente me recordó a las gigantescas alondras ibis de los desiertos de África y Asia. Aunque son especies totalmente diferentes, la palidez del bisbita campestre me hizo pensar en los aláudidos gigantes del desierto...  La siguiente especie, aunque no es rara por estos lares durante la época estival, tampoco la había visto antes: me refiero al alcotán. Un precioso ejemplar adulto sobrevoló el cañón durante un buen rato para después volver por donde había venido. Fue sin duda una de las aves "estrella" de la salida. Con la tercera ave nueva tuve un encuentro muy efímero. Apenas la ví salir de los arbustos para, al instante, volver a internarse en ellos. Estoy hablando de la curruca mirlona, difícil de observar por su comportamiento huidizo.

Durante el camino de vuelta, también pude ver un cuco, escribanos hortelanos, palomas torcaces, alcaudones comunes, trigueros y unas cuantas golondrinas y aviones comunes. 
Llegamos al coche y nos volvimos a casa con unas cuantas especies nuevas para la lista.

Ganado ovino en las inmediaciones del cañón


Algunas aves observadas durante la salida: de izquierda a derecha;
buitre negro, abubilla, avión roquero, roquero solitario,
alcaudón común, escribano montesino, chova piquirroja, alcotán,
curruca mirlona, bisbita campestre, roquero rojo, escribano hortelano.
Here are some birds seen in Ojos Albos mountains (Avila, Spain): Cinereous vulture, hobby, hoopoe, woodchat shrike, common chough, ortolan bunting, rock bunting, common rock trhush, blue rock trhush, western orphean warbler, meadow pipit, crag martin, stonechat, etc

domingo, 15 de junio de 2014

Excursión a las Arribes del Duero

El pasado Puente de Mayo, hicimos una excursión, de dos días, a las Arribes del Duero.

Empezamos la excursión en el pueblo portugués de Miranda do Douro, del que partía una ruta en barco por el río Duero. Desde el barco que recorría las aguas internacionales que hay entre los dos países ibéricos, España y Portugal, pudimos ver aviones roqueros, golondrinas dáuricas y vencejos reales que sobrevolaban el río deleitándome con sus acrobacias. En los roquedos, roqueros solitarios y tarabillas comunes buscaban algún insecto que llevarse a la boca mientras los cielos eran custodiados por chovas piquirrojas, cernícalos vulgares, buitres leonados, un águila real juvenil y un águila perdicera. 


Cárcavas en Miranda do Douro

Pasamos la noche en Aldeadávila (Salamanca), y al día siguiente fuimos al Mirador de las Janas, en la localidad de Saucelle, donde vimos más buitres leonados, alimoches, milanos negros y aves paseriformes como cogujadas comunes, trigueros, tarabillas comunes y un escribano hortelano hembra.

Después, fuimos al Pozo de los Humos, donde apenas vimos aviones roqueros y algún buitre leonado, pero por el camino que hay desde el pueblo hasta el Pozo (hay dos caminos: uno en choche y otro a pie, nosotros fuimos a pie) vimos tarabillas comunes, trigueros, jilgueros, verdecillos y hasta tres
preciosas oropéndolas. 

Pozo de los Humos
Después de comer, cogimos otro barco desde Aldeadávila, desde el que no vimos nada nuevo: más aviones roqueros, más buitres leonados, alguna chova piquirroja, algún cormorán grande y otra oropéndola.

Pared rocosa en Aldeadávila




viernes, 6 de junio de 2014

Cortados del Voltoya, Sierra de Ojos Albos (Primavera 2014)

A continuación, os muestro una lista de las especies de aves observadas en una zona de la Sierra de Ojos Albos donde el río Voltoya se encajona entre las montañas, cerca de la localidad de Urraca-Miguel. En lo que va de primavera, he realizado dos visitas; la primera, a mediados de abril, y la segunda, a principios de mayo. La lista es la siguiente:

- Ánade azulón. Algunos ejemplares volando sobre el río.
- Milano negro.
- Buitre leonado.
- Buitre negro. Un ejemplar sobrevolando la zona durante la primera visita.
- Águila real. Un juvenil sobrevolando la zona durante la segunda visita.
- Águila imperial ibérica. Un posible juvenil volando entre las paredes del cañón.
- Águila calzada.
- Cernícalo vulgar.
- Perdiz roja. Una pareja observada durante la segunda visita.
- Paloma bravía.
- Paloma torcaz.
- Cuco común. Oído durante la primera visita y observado y oído en varias ocasiones durante la segunda.
- Abubilla. Oída durante las dos visitas.
- Cogujada común. 
- Golondrina dáurica. Observados varios ejemplares durante la segunda visita.
- Avión roquero. Observados varios ejemplares durante la segunda visita.
- Tarabilla común. 
- Collalba gris. 
- Roquero rojo. Un macho adulto observado durante la primera visita.
- Alcaudón común.
- Urraca.
- Grajilla.
- Estornino negro. 
- Pardillo común. 
- Escribano montesino. Un macho adulto observado durante la primera visita.


lunes, 2 de junio de 2014

Espectacular día en las Marismas de Santoña

Mapa

El día 29 de diciembre de 2013, a las 08:00 horas, llegamos a las marismas de Colindres, donde empezamos el día. Nada más bajarnos del coche, vimos chorlitejos grandes, correlimos comunes, agujas colinegras y gaviotas reidoras y patiamarillas. Continuamos andando por el paseo que parte del puerto de Colindres hasta llegar a la desembocadura del arroyo del Regatón. Allí vimos ánades silbones y azulones, patos cuchara, andarríos grandes, zarapitos reales, un ostrero, archibebes claros y comunes, las gaviotas ya mencionadas y un martín pescador (la primera vez que lo veía en agua salada). De vuelta por el mismo camino, vimos prácticamente lo mismo, a excepción de unos chorlitos grises.

Nos montamos en el coche y pusimos rumbo al Playón de Cicero. Allí, la cantidad de limícolas era espectacular: chorlitos grises, chorlitejos grandes, archibebes claros y comunes, agujas colinegras, correlimos comunes (y posiblemente menudos también), etc. Al poco rato nos fuimos pues empezó a llover, y no paró hasta pasados unos tres cuartos de hora.

Playón de Cicero
Cuando amainó,  fuimos al Pólder de Escalante, donde pudimos ver algunas de las aves más interesantes del viaje. Bajamos del coche y en el canal había algunas aves que se sumergían bajo las aguas para al rato emerger. Zampullines cuellingros, un negrón común hembra y, ¡un somormujo cuellirrojo! Era la primera vez que lo veía, y me hizo mucha ilusión poder contemplarlo desde tan cerca. Al otro lado del canal, en el pólder, bandos mixtos de avefrías, zarapitos, agachadizas, chorlitos dorados y alcaravanes (a éstos últimos no los veía desde hacía más de dos años) sobrevolaban los prados en los que descansaban ánsares comunes.
Pólder de Escalante
Después nos dirigimos hacia Montehano, donde había poco movimiento. Lo más relevante fueron algunos zampullines cuellinegros que se acercaban al malecón para devorar los peces que eran atraídos por los cebos de los pescadores y un charrán patinegro que pescaba en el canal. En la marisma cerrada que hay junto al aparcamiento, volví a ver un martín pescador.

Volvimos al Pólder de Escalante y el somormujo cuellirrojo y el negrón ya no estaban. Pero si estaba una serreta mediana hembra, otro de los bimbos del viaje, que perdimos de vista cuando se adentró en las marismas de Escalante, donde había varios ánades silbones descansando sobre las isletas de tierra que emergían del agua.

Cuando aún seguía emocionado por la serreta mediana, llegamos a la Charca de Gandarías, donde vimos patos cuchara, ánades silbones y azulones (estas dos últimas abundantísimas por todo el estuario) un porrón moñudo macho, fochas comunes, correlimos comunes, archibebes claros y comunes y una agachadiza común. Al otro lado de la carretera, paralela a la Charca de Gandarías, está la Marisma de la Saca, donde vimos limícolas como el zarapito trinador. Después me asomé al puente que une Cicero con Montehano, desde el que volví a ver al somormujo cuellirrojo y al negrón común en compañía de un zampullín cuellinegro.

Eran aproximadamente las 14:00 horas, así que nos montamos en el coche y nos fuimos a Santoña a comer, no sin antes dar un paseo por el puerto de dicha localidad. Yo ya daba por finalizada la salida, pero como por estas fechas los puertos cantábricos suelen dar sorpresas, me llevé los prismáticos. Paseando, me dió por asomarme al puerto deportivo y sobre un embarcadero vi cormoranes grandes secando sus alas al sol en compañía de gaviotas reidoras. Pero, de repente, veo que dos aves salen nadando del pequeño puerto al percatarse de mi presencia: ¡dos alcas comunes! El corazón se me salía del pecho al ver, por primera vez, a estas aves marinas nadando tan cerca de mi. Al verme se separaron y perdí de vista a uno de ellos, ¡pero el otro siguió
pescando con total normalidad delante de mi! Estaba tan cerca, que le pude hacer un vídeo con el móvil (https://www.youtube.com/watch?v=UmBZNkhe3hI).

Tras estar un rato deleitándome con sus zambullidas, el ave se aleja y en la lejanía veo la silueta de un ave marina nadando a la altura de El Puntal de Laredo. Dirijo los prismáticos hacia él y veo que es un colimbo grande, otra especie que me hizo gran ilusión ver pues era nueva para mi.

Montehano desde el puerto de Santoña
Después de disfrutar de las gratas sorpresas del puerto, comimos y nos fuimos de vuelta a Burgos, poniendo fin a un día irrepetible en las Marismas de Santoña (Estuario del río Asón). Saludos

Algunas aves avistadas durante la salida: de izquierda a derecha:
ánade silbón, negrón común, chorlito gris, agachadiza común,
alca común, colimbo grande, serreta mediana, somormujo cuellirrojo,
porrón moñudo, ostrero, alcaraván, zampullín cuellinegro

Here are some birds seen in Santoña's marshes: Great norhtern diver, black necked grebe, red necked grebe, greylag goose, red breasted merganser, tufted duck, european wigeon, shoveler, common scotter, coot, oystercatcher, stone curlew, lapwing, golden plover, grey plover, ringed plover, dunlin, common snipe, common redshank, greenshank, green sandpiper, black tailed godwit, eurasian curlew, whimbrel, yellow legged gull, black headed gull, sandwich tern, razorbill, kingfisher, etc