jueves, 19 de junio de 2014

Paseando junto al Adaja

Hoy, jueves 19 de junio, un amigo mío y yo, nos fuimos a dar un paseo junto al río Adaja para celebrar el fin del curso. Nuestro objetivo era llegar hasta la localidad de El Fresno y, posteriormente, al despoblado de El Merino, cerca de la localidad anterior.
Inciamos nuestra marcha a las 08:45 aproximadamente, caminando hacia el Sur, junto al Adaja. En seguida llegamos a El Soto, donde pudimos disfrutar de una caminata mañanera.

Hasta entonces, apenas habíamos visto algunos ruiseñores y verdecillos, pero cuando salimos de El Soto, la cosa cambió. A nuestra izquierda, eriales y cultivos, y a nuestra derecha, el río Adaja. Era pronto, el Sol aún no calentaba mucho y hacía una brisa muy agradable, y las aves lo aprovechaban. Los campos estaban llenos de lavanderas boyeras y trigueros, y los cielos, patrullados por milanos negros, águilas calzadas y cernícalos vulgares. De repente, vi posado sobre una verja un ave gris. Miré con los prismáticos y resultó ser un cuco común. Es un ave muy común por estas fechas pero nunca lo había visto desde tan cerca. Se le veía perfectamente. Después levantamos a otro adulto con una oruga en el pico, después a un juvenil y después a otro adulto. Me sorprendió ver tantos juntos y tan cerca del camino.

Paramos un momento en una "playita" que había en el río, donde vimos cogujadas comunes y lavanderas boyeras abrevando. Seguimos, y al poco rato ya nos encontramos con las primeras fincas y granjas de El Fresno. Por este tramo del camino abundaban las collalbas grises. Es extraño, pero antes de llegar al tramo humanizado no apareció ninguna collalba, sin embargo aquí pudimos ver todas las que quisimos. Llegamos a el pueblo, y nos sentamos a la sombra de unos árboles junto al río. Se estaba tan a gusto, que nos quedamos ahí más de una hora. No nos faltó entretenimiento (al menos a mí). Desde allí podíamos ver las acrobacias de los aviones zapadores, muy comunes en este tramo del río, y que tenían sus nidos (que en realidad son agujeros) en los taludes de la orilla opuesta. Lavanderas blancas y boyeras, cogujadas comunes, urracas, jilgueros, pardillos y gorriones chillones bebían de las aguas del Adaja. Éstos últimos, criaban junto a los aviones zapadores y eran también muy abundantes. A los paseriformes ya mencionados, se les unió un chorlitejo chico, que en seguida se fue volando. Aguas arriba, se podían ver a cigüeñas blancas, garcillas bueyeras y garcetas comunes pescando.

Sentado en aquel lugar, me llevé una gran alegría al ver a un abejaruco europeo que entraba y salía de su agujero, separado de la colonia de aviones zapadores y gorriones chillones. En años anteriores, los abejarucos eran abundantísimos en este lugar, se podían contar decenas de parejas reproductoras, pero este año, apenas se habían visto abejarucos por El Fresno, y parecía que ya no se reproducían por el lugar. Por ello, me hizo mucha ilusión ver que por lo menos criaba una pareja. También eran comunes las abubillas, que a diferencia de sus primos los abejarucos, seguían siendo tan abundantes como siempre.

Taludes donde crían aviones zapadores, gorriones chillones
y al menos una pareja de abejarucos

Continuamos andando. El río estaba lleno de garcillas y garcetas, a las que de vez en cuando se les sumaban garzas reales y cigüeñas blancas. Llegamos a El Merino, un pueblo abandonado donde pocas casas se mantenían en pie, pues estaban casi todas derruidas. Allí parecía que lo único que había eran gorriones comunes, pues en cada una de las casas había varias parejas. Teníamos hambre, y aunque sólo eran las 12:00 del mediodía, decidimos buscar un sitio para comer. Mientras lo buscábamos, levantamos a un mochuelo común, que no se que andaba haciendo por ahí al mediodía, pues supuestamente es un ave nocturna. Finalmente nos sentamos sobre un pequeño muro y empezamos a comernos nuestros bocadillos. Desde ahí, pudimos ver una oropéndola y varias abubillas pasar volando. Tras descansar una hora, me dí una vuelta por el despoblado y volví a levantar al mochuelo y me pareció ver un gorrión chillón. 


Despoblado de El Merino

Iniciamos el camino de vuelta. Ya en El Fresno, me llevé una sorpresa aún mayor que la del abejaruco, pues en unos taludes que hay en frente de la piscina municipal, vi al menos dos agujeros ocupados por abejaruco europeo, también alejados de los aviones y gorriones. Y, encima de ellos, había otros cinco abejarucos posados en los cables eléctricos. ¡Los abejarucos siguen criando en El Fresno! No me explico por qué han tardado tanto en aparecer, pues otros años ya están en abril. También es curioso que las pocas parejas que he visto no críen junto con los aviones zapadores y gorriones chillones, cuando otros años crían en juntos en las mismas colonias.

Tras una breve pausa bajo los mismos árboles que esta mañana, seguimos andando. Hacía un Sol de justicia y un calor insoportable, por lo que volvimos a parar en la "playita", donde vimos una terrera común bebiendo agua del río. A partir de allí, y hasta llegar a Ávila, no vimos ningún otro pájaro destacable o que no hubiésemos visto antes, sin contar con un par de mosquiteros papialbos que vimos por El Soto.

Llegamos sobre las 16:00 a nuestras respecitvas casas exhaustos, pero no por el trayecto (que era muy largo), sino por el agobiante calor. Pero a pesar del calor, fue un día muy agradable, sin duda, el mejor del curso.

Río Adaja a la altura de El Merino
Algunas aves observadas durante la salida: de izquierda a derecha;
chorlitejo chico, cuco común, abubilla, oropéndola,terrera común,
águila calzada, abejaruco europeo, collalba gris, avión zapador.


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