El pasado Puente de Mayo, hicimos una
excursión, de dos días, a las Arribes del Duero.
Pasamos la noche en Aldeadávila (Salamanca), y al día siguiente fuimos al Mirador de las Janas, en la localidad de Saucelle, donde vimos más buitres leonados, alimoches, milanos negros y aves paseriformes como cogujadas comunes, trigueros, tarabillas comunes y un escribano hortelano hembra.
Empezamos la excursión en el pueblo portugués de Miranda do Douro, del que
partía una ruta en barco por el río Duero. Desde el barco que recorría las
aguas internacionales que hay entre los dos países ibéricos, España y Portugal,
pudimos ver aviones roqueros,
golondrinas dáuricas y vencejos reales que
sobrevolaban el río deleitándome con sus acrobacias. En los roquedos, roqueros solitarios y tarabillas comunes buscaban
algún insecto que llevarse a la boca mientras los cielos eran custodiados por chovas piquirrojas, cernícalos
vulgares, buitres leonados, un águila
real juvenil y un águila perdicera.
Cárcavas en Miranda do Douro |
Pasamos la noche en Aldeadávila (Salamanca), y al día siguiente fuimos al Mirador de las Janas, en la localidad de Saucelle, donde vimos más buitres leonados, alimoches, milanos negros y aves paseriformes como cogujadas comunes, trigueros, tarabillas comunes y un escribano hortelano hembra.
Después, fuimos al Pozo de los Humos, donde apenas
vimos aviones roqueros y algún buitre leonado, pero por el
camino que hay desde el pueblo hasta el Pozo (hay dos caminos: uno en choche y
otro a pie, nosotros fuimos a pie) vimos tarabillas
comunes, trigueros, jilgueros, verdecillos y
hasta tres
preciosas oropéndolas.
preciosas oropéndolas.
Después de comer, cogimos otro barco desde Aldeadávila, desde el que no
vimos nada nuevo: más aviones
roqueros, más buitres leonados, alguna chova
piquirroja, algún cormorán grande y otra oropéndola.
Pared rocosa en Aldeadávila |
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